Hace cien años, del 26 al 31 de julio de 1909, se produjo en Barcelona la, denominada por la burguesía, "Semana Trágica". La historia oficial relata una insurrección anarquista motivada por la guerra en Marruecos que derivó en el incendio y saqueo de decenas de iglesias y conventos y en la profanación de tumbas. Sin embargo, los círculos obreros de la época la llamaron "Revolución de julio" e incluso "Semana Gloriosa". Los acontecimientos de aquellos días, producidos al calor del desastre colonial de 1898 y del impacto que entre los obreros causó la revolución rusa de 1905, demostraron el potencial revolucionario del proletariado catalán, siendo un anticipo de la revolución del 19 del julio de 1936.
El conflicto laboral de los trabajadores de la fábrica de armas puesta en pié por la Junta de Gobierno del Real Señorío de Molina de Aragón (Guadalajara) para abastecer de fusiles a las tropas nacionales en su lucha contra el invasor napoleónico, no puede interpretarse como un suceso aislado en el contexto de la inestabilidad causada por la Guerra de la Independencia, sino que debe catalogarse entre el tipo de incidentes (protestas, huelgas, motines) a que dio pie la tensión laboral que se produjo en la Real Fábrica de Paños de Guadalajara durante el siglo XVIII, y en menor medida en la de Brihuega.
Para dar una cobertura ideológica a la estrategia de colaboración de clases con la burguesía, en septiembre de 1975 se celebraría la II Conferencia Nacional del Partido Comunista que aprobó por unanimidad su Manifiesto Programa. Por si hubiera alguna duda de las intenciones de la dirección, Santiago Carrillo lo aclaró en su informe político: "En la España de hoy el comunismo no amenaza a nadie. Nuestro Partido no pretende establecer un Gobierno comunista. Estamos convencidos de que un día, en el futuro, el pueblo español votará para que los comunistas encabecen la formación de un Gobierno. Pero pretender tal cosa hoy sería totalmente irreal."
Este año se cumple el 20º aniversario de una huelga general emblemática, la del 14 de diciembre de 1988, contra un gobierno socialista presidido por Felipe González. Los motivos por los que el 14-D pasó a la historia son diversos: un arranque espectacular, un seguimiento masivo, el gobierno tuvo que rectificar, sus efectos perduraron durante varios años... Pero entre ellos también hay uno político: el 14-D simboliza el fin de la confianza de amplios sectores de la clase obrera en el PSOE de Felipe González, el fin de una época en el Estado español. Nada fue igual tras aquella huelga general.
A 30 años de la firma de la Constitución
Cuando se cumple el 30º aniversario de la Constitución española, el Partido Comunista de España, que con tanta vehemencia defendió su ratificación, atraviesa uno de los momentos políticos más bajos de su historia. Atenazado por una profunda crisis de militancia, con una escasa implantación en los sindicatos y una pérdida formidable de influencia en el movimiento juvenil y vecinal, y afectada por unos resultados electorales mediocres, que amenazan a su marca electoral (IU) con convertirla en una fuerza extraparlamentaria, el PCE se encuentra en una encrucijada histórica.
El 10 de marzo es un día especial en Ferrol y para toda la clase obrera. Hace 35 años, los trabajadores de los astilleros Bazán (hoy Navantia) estaban movilizándose por su convenio. Demandaban un convenio de factoría porque el que tenían era interprovincial, para todas las factorías de Bazán.
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