Según los resultados oficiales, Dmitry Medvedev, la mano derecha de Putin, ganó las elecciones presidenciales con más del 70 por ciento de los votos y con una participación superior al 70 por ciento. Pero nadie seriamente se cree estos datos. El domingo por la tarde muchos rusos escribían en sus blog en internet y comentaban el sin sentido de estas elecciones, y no se limitaba sólo a la minoría de activistas de izquierdas.
La reciente huelga de los trabajadores de la Ford rusa marca un acontecimiento importante en el movimiento obrero rusa. Indican que hemos entrado en un nuevo período en las relaciones laborales de este país. Los trabajadores de la Ford en Rusia han construido un modelo de organización sindical que está despertando el interés en toda Rusia e internacionalmente.
La huelga en la fábrica de Ford en San Petersburgo es extraordinariamente sintomática. Después del colapso de la economía rusa en los años noventa ahora se producido un cambio, con él ha llegado una confianza renovada de la clase obrera. La victoria de los trabajadores rusos de Ford fortalecería enormemente a toda la clase orbera rusa. Ellos necesitan nuestra ayuda y solidaridad.
En los últimos años, Rusia ha vuelto a las portadas y titulares de la prensa internacional y al orden del día de las reuniones de los grandes organismos internacionales con redoblada energía. Algunos hablan de un retorno a la época de la Guerra Fría o del resurgimiento de un gigante dormido como la potencia mundial que fue. Si en el contexto de excitación y euforia capitalista de los años 90 del siglo XX Rusia se usó, por parte de los propagandistas burgueses, como el escaparate ideológico del "fracaso del comunismo", tres lustros más tarde la realidad se antoja más complicada que todo eso.
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