Para los marxistas la revolución china fue el segundo gran acontecimiento de la historia humana, sólo después de la revolución bolchevique de 1917. Millones de seres humanos, que hasta ese momento habían sido las bestias de carga del imperialismo, rompieron el yugo humillante del imperialismo y el capitalismo, entrando en el escenario de la historia mundial.
En agosto estalló una huelga en la Hunan Coal Industry Group contra las exigencias de los empresarios que formaban parte de los preparativos de privatización de las minas. Varios miles de mineros de la empresa el 22 de agosto fueron a la huelga en contra de los planes de privatización. El movimiento comenzó después de las triunfantes luchas contra la privatización de los trabajadores del acero en Jilin, en julio, y Henan, en agosto.
Se conmemora ahora el 60º aniversario de la revolución china de 1949 y a continuación publicamos tres textos. El primero se trata de un artículo de Ted Grant, fundador de la Corriente Marxista Internacional, fallecido en 2006, que fue escrito en enero de 1949, meses antes de la toma del poder en China por parte del Ejército Rojo dirigido por Mao Tse Tung. Ted Grant anticipa brillantemente el rumbo que tomaría la revolución china después de la llegada al poder de Mao, el establecimiento de un Estado obrero deformado burocráticamente, así como el enfrentamiento que surgiría entre las burocracias estalinistas de la URSS y China. El segundo texto es un artículo de Bárbara Areal publicado en el número 17 de la revista 'Marxismo Hoy', revista teórica de la Fundación Federico Engels, en el que no sólo trata la revolución de 1949, sino también la frustrada revolución de 1927. Y por último, publicamos un texto de la CMI donde se analiza todo el proceso de restauración capitalista que se ha producido en China durante los últimos años.
El impulso para consolidar el capitalismo en China ha provocado un profundo malestar industrial entre la clase obrera del país. En las últimas semanas hemos presenciado violentas luchas obreras contra la privatización de dos acerías.
La idea de que China podría escapar a los efectos de la crisis económica mundial, es decir, desacoplándose, era una ilusicón que albergaban algunos líderes políticos chinos. Ahora vemos cómo la integración de la economía china en el mercado mundial lleva consigo todas las contradicciones del capitalismo, la primera de ellas es la recesión y el aumento del desempleo.
El escándalo por la leche contaminada en China sigue extendiéndose. De dos han pasado a cuatro los niños muertos y algunas noticias hablan de seis. Cuando el escándalo estalló el gobierno tuvo que intervenir y ordenó una investigación nacional de todas las leches en polvo infantiles. La investigación oficial ha encontrado que el 20 por ciento de las empresas lácteas chinas están implicadas. El Grupo Sanlu hay estado distribuyendo leche que contiene melamina, un producto químico que puede hacer que el nivel proteico de los productos lácteos parezca mayor del que realmente es.
Cuando faltan pocos meses para los Juegos Olímpicos ha vuelto a resurgir en China el conflicto del Tíbet. Todo empezó el 10 de marzo cuando la policía detuvo a 60 monjes del monasterio de Drepung que conmemoraban el 49 aniversario de la fracasada revuelta de 1959 apoyada y organizada por la CIA. Al día siguiente de la conmemoración 600 monjes se manifestaron frente a la sede de la policía en Lhasa para exigir la liberación de los detenidos. A partir de ese momento se extendieron las protestas, las detenciones, los manifestantes quemaron tiendas, bancos, hoteles etc., todo propiedad de ciudadanos Han (el grupo étnico más grande en China). En este saqueo y violencia participaron activamente grupos de monjes budistas. Se ha intentado presentar este conflicto como algo exclusivamente cultural o religioso, pero sólo es posible comprenderlo en un contexto de creciente malestar social que hoy existe en China.
Desde el punto de vista del Partido Comunista Chino, la reciente explosión de revueltas y violencia en el Tíbet no podía haber llegado en peor momento, China se prepara para su presentación en la escena mundial, albergará este verano los Juegos Olímpicos, tendrá la oportunidad de pregonar sus mercancías, demostrar sus espectaculares avances, desplegar la maravilla de sus inmensas ciudades y redes de transporte. China esperar demostrar las maravillas del capitalismo y explicar a la burguesía mundial, que observará y enjuiciará atentamente, que está preparada para entrar en el club.
Frente a los disturbios y derramamiento de sangre en el Tíbet, el gobierno chino ha respondido culpando al Dalai Lama y a la campaña internacional de los exiliados tibetanos, aprovechando la próxima celebración de los Juegos Olímpicos. Sin duda, el Dalai Lama, con sus seguidores y amigos, tienen interés en utilizar estos acontecimientos para presionar políticamente a Pekín a través de los medios de comunicación, pero por sí solo no puede explicar lo que hoy está sucediendo en el Tíbet.
Las turbulencias que han afectado en los últimos meses al sistema financiero internacional han vuelto a poner en primer plano el interés de la prensa económica por la evolución y la potencialidad de la economía china. Y, como es habitual en tiempos de crisis, la información proporcionada por los medios burgueses de difusión masiva (cadenas de televisión, prensa diaria no especializada) dista mucho de ser una valoración objetiva de la situación de la economía de la República Popular China, sino que es una mezcla confusa de datos sesgados, medias verdades y propaganda descarada de las supuestas maravillas del crecimiento chino y de su capacidad para contribuir al mantenimiento del actual ciclo de expansión económica.
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