"¡Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de EEUU!" Las famosas palabras de Porfirio Díaz son más verdaderas hoy que en cualquier otro momento de la tempestuosa historia de este país. La crisis del capitalismo mundial ha golpeado duro a México. Y su extrema dependencia de EEUU, que previamente se presentaba como algo beneficioso para la economía mexicana, se ha convertido en un problema colosal.
El paro cívico nacional de este 11 de noviembre convocado por el Sindicato Mexicano de electricistas ha significado un gran paso adelante en las luchas de los trabajadores por construir una fuerza unificada para enfrentar los ataques del gobierno. Constituye la acción más unificada de las organizaciones de los trabajadores, campesinos y jóvenes por una lucha sindical desde los años treinta. Sin duda como dice la consigna "así se construye el movimiento obrero"
El sabadazo ha marcado un nuevo punto de inflexión en la lucha de clases en México. La incursión de Calderón con la policía federal sobre las instalaciones de Luz y fuerza del Centro (LyFC) para liquidar a sus más de 42 mil trabajadores sindicalizados, no puede ser interpretado más que como un puñetazo sobre la mesa de parte de la burguesía exigiendo acción, dada la postergación por ya varios años de las contrarreformas mas añoradas por esta: la privatización plena y total del sector energético (la electricidad y el petróleo), la pulverización de los derechos laborales aún existentes en la Ley Federal de Trabajo (LFT), la privatización de las educación pública, así como una reforma hacendaria -que les dé a los empresarios y banqueros más privilegios de los que ya tienen a costa de recargárselo a las masas desposeídas-, que tase con IVA a medicamentos y alimentos, entre otras.
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